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Inicio del fin del GNC


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[h=1]El Gobierno quiere aumentar el precio del GNC hasta el nivel de las naftas[/h]El ministro Aranguren dijo que "no tiene lógica importar gas para que anden los autos"; los empresarios advierten que "es el comienzo del final del sector"; en octubre ya llegaría al 70%

 

CÓRDOBA.- El gas natural comprimido (GNC) -llamado popularmente el "combustible de los pobres"- tendría fecha de vencimiento. Es la interpretación que hacen empresarios del sector en función de las definiciones que el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren , vertió en un encuentro con empresarios. Allí, dijo que "tiene que costar lo mismo que la nafta; a igual poder calórico, precio similar".

Aranguren habló en un almuerzo con empresarios y economistas organizado por la Fundación Mediterránea en la ciudad de Buenos Aires. Luego de su exposición, el ministro aceptó preguntas del público, y el secretario de la Cámara de Empresarios de Combustibles, Raúl Castellanos, le planteó la preocupación del sector por el "desplome" que viene sufriendo la conversión de vehículos nafteros a GNC, al achicarse la brecha de precios entre el gas y el resto de los combustibles. Argumentan que en los últimos doce meses el precio de la nafta aumentó el 40%, mientras que el del GNC subió el 90 por ciento.

"El GNC tiene que costar un precio similar al de la nafta; a igual poder calórico, precio similar", fue la respuesta de Aranguren. Argumentó que la Argentina no se autoabastece de gas, que importa el 30% de lo que consume y que no tenía lógica "importar gas para que anden los autos".

En el Ministerio de Energía ratificaron a LA NACION que la posición oficial es que la ecuación de precios entre los diferentes combustibles tiene que ser "más justa", que los precios deben acercarse.

Reconocieron que hay una "cultura y una estructura" armada para el uso de un combustible barato, pero cuya importación "se paga en dólares", por lo que los precios deberían sincerarse, lo que implica aumentar más el GNC.

En la Argentina hay 1,75 millones de autos con equipos de GNC y 1900 estaciones de servicio que venden el combustible. Instalar un equipo cuesta, en promedio, 20.000 pesos. "La diferencia de precios con las naftas justificaba ese gasto y, además, resignar autonomía y espacio en el baúl, pero el achicamiento de la brecha cambió la ecuación", señaló Castellanos a LA NACION.

A su entender, con la nueva suba del gas prevista para octubre, el metro cúbico pasará a costar alrededor del 70% del precio del litro de nafta. "Será un punto de inflexión y el comienzo del final del sector", sentenció el directivo, que proyectó que en abril de 2018 los precios -por la dinámica semestral de incrementos prevista- podrían quedar muy parejos.

La del GNC, apunta Castellanos, es "una de las pocas políticas de Estado" del país. Nació hace 33 años, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, cuando se instrumentó un plan de sustitución de combustibles líquidos. En esos años el gas se venteaba.

El programa no implicó un subsidio del Estado, que sí es el encargado de fijar los precios; el del GNC es intermedio entre el valor del gas residencial y el de las industrias.

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[h=1]El Gobierno quiere aumentar el precio del GNC hasta el nivel de las naftas[/h]El ministro Aranguren dijo que "no tiene lógica importar gas para que anden los autos"; los empresarios advierten que "es el comienzo del final del sector"; en octubre ya llegaría al 70%

 

CÓRDOBA.- El gas natural comprimido (GNC) -llamado popularmente el "combustible de los pobres"- tendría fecha de vencimiento. Es la interpretación que hacen empresarios del sector en función de las definiciones que el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren , vertió en un encuentro con empresarios. Allí, dijo que "tiene que costar lo mismo que la nafta; a igual poder calórico, precio similar".

Aranguren habló en un almuerzo con empresarios y economistas organizado por la Fundación Mediterránea en la ciudad de Buenos Aires. Luego de su exposición, el ministro aceptó preguntas del público, y el secretario de la Cámara de Empresarios de Combustibles, Raúl Castellanos, le planteó la preocupación del sector por el "desplome" que viene sufriendo la conversión de vehículos nafteros a GNC, al achicarse la brecha de precios entre el gas y el resto de los combustibles. Argumentan que en los últimos doce meses el precio de la nafta aumentó el 40%, mientras que el del GNC subió el 90 por ciento.

"El GNC tiene que costar un precio similar al de la nafta; a igual poder calórico, precio similar", fue la respuesta de Aranguren. Argumentó que la Argentina no se autoabastece de gas, que importa el 30% de lo que consume y que no tenía lógica "importar gas para que anden los autos".

En el Ministerio de Energía ratificaron a LA NACION que la posición oficial es que la ecuación de precios entre los diferentes combustibles tiene que ser "más justa", que los precios deben acercarse.

Reconocieron que hay una "cultura y una estructura" armada para el uso de un combustible barato, pero cuya importación "se paga en dólares", por lo que los precios deberían sincerarse, lo que implica aumentar más el GNC.

En la Argentina hay 1,75 millones de autos con equipos de GNC y 1900 estaciones de servicio que venden el combustible. Instalar un equipo cuesta, en promedio, 20.000 pesos. "La diferencia de precios con las naftas justificaba ese gasto y, además, resignar autonomía y espacio en el baúl, pero el achicamiento de la brecha cambió la ecuación", señaló Castellanos a LA NACION.

A su entender, con la nueva suba del gas prevista para octubre, el metro cúbico pasará a costar alrededor del 70% del precio del litro de nafta. "Será un punto de inflexión y el comienzo del final del sector", sentenció el directivo, que proyectó que en abril de 2018 los precios -por la dinámica semestral de incrementos prevista- podrían quedar muy parejos.

La del GNC, apunta Castellanos, es "una de las pocas políticas de Estado" del país. Nació hace 33 años, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, cuando se instrumentó un plan de sustitución de combustibles líquidos. En esos años el gas se venteaba.

El programa no implicó un subsidio del Estado, que sí es el encargado de fijar los precios; el del GNC es intermedio entre el valor del gas residencial y el de las industrias.

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